Calidad, ante todo. Aquí no debemos escatimar. Una diferencia de decenas de euros puede resultar decisiva. Y el salto cualitativo puede ser importante en cuanto a calidad de imagen (alto brillo, alta resolución, nitidez de cada color…), durabilidad e incluso eficiencia energética, si cuentan con la mejor tecnología LED. Importante también que el software de Digital Signage esté también a la altura en configuración, flexibilidad, como mezclador de video y como gestor de contenidos audiovisuales.